...Lo que tiene que ver con la grandeza de una persona está en su actitud en cómo se enfrenta a los problemas. Es la pura verdad. Saber como te los quitas de encima cuando no los esperas. Esquivando los golpes se llega muy lejos. No puedes luchar nunca contra lo imposible. Escucha, cuando tienes tantos rollos comiéndote las entrañas el cerebro no descansa. Como no haces más que darle la vuelta a todo una y otra vez, la cabeza se calienta y la calma desaparece. Adiós. Los malos pensamientos se llevan todo lo que tienen por delante, son una aplanadora y como no encuentran una salida, se vuelven una carga bastante pesada de llevar. Lo mejor en estos casos es no echarle más leña al fuego. Una cabeza hirviendo es una bomba de presión. Si logras liberarte de esa basura que no te deja vivir, todo cogerá de nuevo su paso. Pero ya te dije, es difícil. Asi me dijo un día mi amigo Valladare.
Él, por entonces era un hombre mayor, peinaba canas y yo todavía muy joven. Aunque ya no está, voló hace mucho tiempo de este planeta, partió buscando una mejor vida en otro, jamás olvidaré esta palabras que agregó después. La grandeza no está en los valores de las cosa que adquieres a lo largo de la vida. Que no? Así le respondí intentando decirle que estaba en un error y se dejara de bobería. Estábamos tomando unos tragos de ron en la acera de su casa y ya estaba medio borracho, pero hablaba en serio. No te creas todo ese cuento. Me dijo. He conocido a gente que lo tienen todo y que son muy malas personas y otros que no tienen nada y son increíblemente buenos. Me contó varias historias y hasta me puso ejemplos de gente maravillosa y de otras que son como el diablo. Esas palabras viven tan dentro de mí, que la oscuridad de aquella noche en la esquina del barrio no ha podido apagar aun la claridad que dejó en mi memoria. A Valĺadare le conocí por aquel entonces disfrutaba de una buena etapa de su vida. Estaba casado con alguien de la familia y le visitaba casi todos los días. Su matrimonio no duró mucho y después de esto, su mundo se desmoronó y la mala fortuna se le vino encima y se llevó lo poco que quedaba de él. Lo digo por que casi todo el mundo lo abandonó y como habían muertos sus ganas, ya nada le importaba mucho y hasta su aspecto personal dejaba mucho que desear. Aunque andaba sucio, todo lo que usaba le hacía parecer elegante, seguro, caminaba como si nada fuera con él, jejeje.. un dandy. Era alto y al hablar te envolvía con su voz ronca de trueno y segura...Casi no tenía que comer, pero se inventaba unas historias que quitaban el hambre a cualquiera. Como la de los libro raros que leía y repetía tantas veces que me sentía obligado a leerlos. Una persona así, es siempre muy querida en el barrio.
.....Hay gente que no tiene nada, que la vida los arrincona hasta el desprecio, que los aniquilan sin piedad alguna y aún así, en medio del abandono no se dejan engañar por la fuerza de la mirada. Este es el caso de mi amigo, aquel hombre viejo y muy servicial, que me habló de la grandeza, algo tan esquivo por esos días, como si en realidad fuera lo más inmenso de este mundo. Cuando yo sabía que a él casi no le quedaba ya tiempo para disfrutarla y se desmoronaba como su propia casa en ruina de aquella esquina triste y solitaria en medio del país hundido hasta el fango por un terrible período, que ellos los de arriba, llamaban especial, porque nos disecaba como figuras de un museo de cera. Hace ya mucho tiempo que el no esta, ya lo dije. Se fue de rumba. El alcohol y la mala vida lo llevaron hacia un lugar mejor..Estoy seguro que allá lejos, mi amigo encontrará esa grandeza de que tanto hablaba. Pero me dejo algo. Y de eso quiero hablarles. Lo que para mi parecía algo complicado y a la vez tan difícil de alcanzar, era tan sencillo para él, que la pude reconocer en los lugares más cercanos de aquellos días, hasta podía tocarlas con mis manos. No, el no hablaba de la familia Rockefeller, ni del Presidente de los Estados Unidos, tampoco conocía a Madonna y aunque era un Capitán retirado del ejército, nunca le escuché hablando de la revolución cubana, ni de aquellos que vivían como señores feudales, ese no era su tema. Su universo eran la gente del barrio,, para eso tenía un olfato afilado como las fieras. Fíjense ustedes de lo equivocado que podemos llegar a estar al pensar que todo es color de rosa y poner a las personas en un pedestal solo porque lograron asombrarnos una vez. No soy de esos que adoran a sus héroes tan fácilmente, nunca lo he sido. He aprendido que a estos se les miran a la cara, si se dejan. La diferencia no es mucha cuando los tienes frente a frente. Este es el planeta tierra y si no aportas nada, una buena idea, un gran momento que cambia una circunstancia y si no entregas lo que has ganado, si lo tienes solo para ti, sino lo compartes, nada de lo que poseas te hace diferente o superior. Sino un granuja oportunista y avasallador.

No me gusta especular sin razón, lo que no es sano no tiene que ver conmigo. Hablo de esos que viven dentro de sus propias burbujas y le importan un carajo las cosas de los demás y todos aquellos que lo siguen, tan solo por vivir del cuento. El secreto está en la mirada. Esa fue la lección que aprendí aquella noche. No se puede adorar a dioses falsos por el solo hecho que tengan todo aquello que tú no posees...dinero, un coche de marca, un lugar estratégico donde puedes decidir por tu propia voluntad. Un traje de cachemir o la corona del Buckingham Palace. Tu tienes tu vida y eso ya es bastante, así que lo mejor es buscar que vas a hacer con ella antes de estar preocupándote por eso que te llama la atención de la gente. Porque si te crees todo ese rollo que flota en el aire y todas esas especulaciones o pompas de jabón, pecas de estúpido. Es allí en donde esta el viejo truco...Huir de la manera en que el cerebro se inventa toda esa historia. Cuando miro atrás y veo quienes son las grandes personas que he admirado por alguna razón, aún en los tiempos del barrio y hasta hoy mi forma de pensar cambia. Tenía razón el gran Valla, como le llamábamos. Una vez pensé que la grandeza estaba sencillamente en convertirte en el más popular del barrio. Llamar la atención y tener a tu disposición todo aquello que la gente carece. La grandeza se confunde con el talento y la idiotez de cómo usas la oportunidad para llegar a los demás. Sin embargo cada quien es como es. Lo digo por mi. Son muchos lo que intentan especular sobre mi vida, los encuentro a diario. Pero nadie sabe a ciencia cierta cual es la verdad, o la guarida donde el lobo devora sus miedos...Me muestro tal y como soy, no existe otra forma. Mi única fortuna está en acumular experiencias. Aun siendo una persona abierta que expresa lo que siente, nadie sabe en realidad de mi vida privada. Y no soy nadie. Pero eso es lo único que tengo y la cuido. No doy muchas coordenadas. Para que, si siempre van hablar. Y si lo van a hacer, que lo hagan sin fundamento. Ese tiempo que emplean en escarbar mi vida yo lo utilizo para concentrarme en las cosas que realmente me interesan. A otro perro con ese hueso, a tantas palabras necias, oídos sordos y como no tienes que dar mucha explicaciones, pues a mi aire. La luz de alante es la que alumbra en los sitios poblados por la oscuridad. En esa dirección me muevo siempre y así de esa manera cuido de mi salud mental...La gente que vale la pena no suele llevar máscaras y a esas te las encuentras en el paso, cuando sabes adónde vas.