Blog de historias, reflexiones, puntos de vistas. La vida, viajes por el mundo. Otra manera de narrar lo cotidiano. La gente y sus misterios

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viernes, 8 de mayo de 2020

Allá en las nubes. El Partenón




En el Olimpo
Nos acercamos a Atenas desde el norte a principios del crepúsculo, subiendo una colina. Cuando llegamos a su punto máximo, nos deslumbró mirar hacia abajo y ver la Acrópolis golpeada por un rayo de sol poniente como si inmensa entre las nubes, posara para una foto.
Donald Hall



  Era yo muy joven aún y como chico de pueblo tenia los horizontes muy cercanos, por no decir al doblar de la esquina donde pasaba la mayor parte del tiempo libre entre mis amigos. Para mi punto de vista, esos eran los lugares mas seguros del mundo por aquel entonces y vivía  agradecido por eso. Bastaban las visitas que hacía con mis padres y hermanos a algunos que otros sitios en el otro extremo de la ciudad  donde nos reuníamos una que otras veces con nuestra familia para darme cuenta que todo en realidad no estaba tan lejano. Aunque por aquellos días yo creía que esas fronteras eran el fin del mundo, pero ya veo que no lo eran, porque no tenían nada en lo absoluto que ver con lo desconocido. Tampoco en mi cabeza estaba eso de llegar un día a la luna, no les voy a mentir y si les digo la verdad, ese no era mi plato fuerte, porque para mi no había mejor lugar que las calles sin asfaltar de mi barrio con los pies descalzos entre la hierba y las piedras, en ella me perdía como en un secreto laberinto. Ese era en realidad mi único universo aunque tampoco les voy a negar que aun así, siempre estaba en las nubes. Ocurrió por aquel entonces algo que quedo grabado  en ese paso de la niñez a la juventud y que descubrí por azar y cambio para siempre mi forma de ver las cosas. Es la razón por la que todo esto que les voy a contar viene al caso. Acostumbrado a meter las narices donde no debía, de alguna manera como un animalito salvaje seguía siempre mi instinto aunque eso por lo general me traía problemas. Nunca estuve interesado en la historia, hablo de la escuela. Odiaba  todo aquello de las guerras y de la gente que tomaba el poder  y se convertían en ogros o personas malvadas. Por lo que la historia universal me tenia sin cuidado y ni siquiera me importaba mucho la de mi país, me resultaba un tanto aburrida. Era un chico negro mas del barrio de una familia lo mas normal del mundo, no era muy fácil por esa época en un barrio y sus aspiraciones como la de todos, era que sus hijos tarde o temprano aprovecharan ese tiempo y tuvieran una buena educación con vista a un brillante futuro profesional. No era de esperar si quieres para tus hijos lo mejor. Pero como por aquel entonces la mayoría de las cosas que veía en la tele y aprendía en la escuela no tenían nada que ver con mi vida, eran un poco ajena, tampoco se acercaban a lo que sentía, en vez de crear una empatía alrededor de todo aquello que trataban de inculcarme en la escuela, sencillamente como no ponía  ningún interés, casi que la aborrecía y la historia en general siempre fue una asignatura que me cayó muy mal, éramos el perro y el gato. La tenia entre ceja y ceja, esa era la verdad. Nunca me identifique con los personajes históricos, ni los buenos, ni los malos, los sentía tan lejano a mi mundo que siempre pensé que era ficticio, me costaba de una forma u otra creerme sus hazañas, creo que me identificaba mas con los protagonistas de los episodios de la tele que llegaban con mas fantasías, que cuando tocaba la hora de estar sentado escuchando a la maestra, mi mente volaba de otra dimensión a el infinito, prefería no prestar mucha atención a toda esa cantaleta y la verdad que en mi cabeza no entraba. Que me importaba a mi aquel mundo de fantasmas y héroes de papel que nunca me parecieron de carne y hueso. Mi universo lo conformaban las cosas reales esas que me quitaban el apetito y el sueño, como ese olor a ajo y cebolla frita de la comida que salía de la cocina cuando todo estaba a punto de caramelo y lo único que quería era que mi madre diera la señal de sentarse a la mesa. Ya saben, el mundo de las sensaciones por el olfato, ese ya era una realidad. El verde del campo que te atrapaba sobre todo cuando las tardes no eran demasiado calurosa y a lo lejos se te perdía la vista por el resplandor del sol en aquel cielo azul de nubes tranquilas tan cerca de tu cabeza. El agua fresca  del río a una cuadra, que por entonces corría clara sin detener su curso entre sonidos diferentes como atravesando por la mitad las frágiles fronteras de la realidad. Estas iban de camino a ese lugar del que todos hablaban, el poderoso mar. Así que lo de la escuela, aunque me gustaba, prefería pasar de ella porque me robaba la mayoría de mi tiempo libre y yo no era mas que un fantasma. Pero como no me gobernaba, tenia la obligación de asistir todos los días sin ni siquiera chistar. Con eso de seguir en ocaciones las reglas nunca a habido un problema, he sabido como manejar los duros momentos en mi vida y he creado una técnica, esa la aprendí desde muy chiquito. Cuando no me gusta algo, o por lo general me incomoda, me busco rápidamente una justificación, o sea una especie de trampolín. Estar aburrido, no va con mi naturaleza salvaje, algo siempre se me ocurre para trascender el momento y volar a otros misteriosos parajes con la imaginación, así de simple. Es como hacerte el loco cuando tienes la obligación de cumplir con los caprichos de otros, dices que si a todo, haces lo que tienes que hacer, pero mantienes la mente en el lugar exacto, único, en el que quieres estar, dispuesto a obviarlo todo para saltar al vacío y de esa manera en la caída, se van diluyendo uno a uno los problemas, se escapan por la puerta de atrás sin vacilar como si rompieras la fuerza de su gravedad. Si no vas más allá de la superficie no te afectan, eso sucede cuando no vale la pena penetrar en lo más profundo. Esa técnica me ha servido incluso hasta en los días de hoy, por eso le doy gracias a dios que me mantenga sano y a salvo de los terremotos de la mente. Pues resulta que por esos días el objeto de mis deseos tenía nombre propio y era real como la vida misma. Puedo llamarle la Julieta de mi historia, para que me entiendan. Había una chica del octavo B, el aula de clases del lado de la mía que con el solo hecho de existir me tenía hipnotizado. Estaba siempre metida en su mundo etéreo y aunque parecía que no tenia alas, dentro de ella vivía un  ángel porque era demasiado callada, tan diferente a las demás y con una total plenitud en todo lo que hacia que su manera de tomarse la vida que creaba un gran misterio ante mi propia mirada, porque no le perdía ni pies, ni pisada. Su plena seguridad y sus delicados movimientos armónicos atraían completamente toda mi atención. Llegaba casi siempre temprano, todos los días, por no decir que era una de las primeras. Tocaba la viola y le gustaba leer libros de cuentos y los viernes, sin falta recitaba poesía de memoria en el matutino. Ese era mi punto débil cada vez que escuchaba su voz y releía los libros, que por aquellos días yo sencillamente  los odiaba. Tal vez por eso, como éramos dos polos opuesto era la razón que me tenía rendido a sus pies. Un hombre no lee, pensaba yo, según mi educación de guerrero esas eran cosas solo para los horarios de estudios. Y como quería hacerme el duro, no me lo pensé mucho y use para acercarme un poco mas una de mis grandes estrategias, creo que la mejor para tratar de al menos, que la ansiada princesa de mis sueños se diera cuenta de que me tenía al perder los nervios. Pues mi hermano mayor tenia un diccionario Larousse, de aquellos que eran inmenso para la mayoría, era una carga, porque nadie en la casa le hacía ni el más remoto caso. Un libro que no era muy grande, pero tenia tantas hojas que pesaba una eternidad. Podías amarrarlo con una soga y tirarlo en el fondo del mar que seguro encontraba el fondo en un abrir y cerrar de ojos. No hay nada que pese mas que uno de esos libros viejos con carátula de cartón solida que parecen como la puerta mágica a un lugar prehistórico. Me encantaba ojearlo de vez en cuando en casa, nadie le daba bola, pero era sumamente curioso para mi que siempre me gusto dibujar, porque estaba lleno de extrañas figuras geométricas, arquitecturas interesantes, obras de arte, lugares insólitos, mapas, todo tipo de animales, los normales y los que no había visto nunca, anatomía, toda esas cosas  que luego reproducía y que lograban retenerme en algunos momento,   perder la noción de la realidad y dejarme con la boca abierta, a mi, que era todo energía. Pues como tenia obsesión por la chica, decidí llevarlo a la escuela y lo hacia casi todo los días, no era que lo leyera mucho, ya dije era una carga, solo lo hojeaba, pero la mayor parte lo que hacia era disfrutar de todo aquel sin números de imágenes que de alguna manera me trasladaban rápidamente como a otro planeta y me acercaban mucho mas a ella, al menos, eso pensaba, ya se los dije, como estaba tratando de impresionar me sentía bien estando sentado en las nubes. Ese era remedio santo y a la vez le dejaba ver entre los tiempos libres de receso y mas que otras veces cuando unían  los dos grupos, de que yo estaba también para otra cosas, al menos eso pensaba y la verdad que logre de una manera u otra ganarme su cercanía sin ni siquiera hablar una palabra. Mucho tiempo después sin querer termine enamorándome de aquel libro gigante porque la chica me fue casi imposible conquistarla, la verdad que no hablaba mucho por entonces. Nunca he podido olvidar aquel diccionario, vive en mi recuerdo, soy capaz de ver muchas de sus hojas rotas por entre la portada, penetrar en su cálido intestino. Entre aquello de meter el ojo aquí y allá aprendi cosas que nunca mas olvide. Resulta que al doblar de la casa vivía un tío mío que a pesar de que era un borracho conocido, los del barrio lo admiraban, porque era muy inteligente y ademas vendía cuadro que pintaba con mucha imaginación. De eso es posible que nadie se acuerde, porque mi tío hace tiempo murió. Pero saben, por aquellos tiempos yo quería ser como él, no un borracho, pero me ilusionaba cada vez que entraba en su casa y quedaba atrapado. Tenia las paredes llena de cuadros de madera, no lienzos, eso era muy difícil por esos días, por lo que usaba colores que mezclaba con aceite, todo un especialista, los encuadraba de una manera que parecía que caían así a ti y no tenias mas remedio que mirarlos. Eso le daba a su obra un tono muy especial. La mayoría de los paisajes eran muy raros, nunca los había visto en mi vida. Eran como mu atractivas escenas bíblicas al menos pensaba, hasta que después mas tarde comprendí que  tenían que ver con pasajes de la cultura griega, hermosos lugares, sumamente apacibles donde sus personajes en túnicas y en sandalias tomaban el aire libre, en aquellas idílicas posturas que parecían como si meditaran, en una especie de retiro, así les recuerdo. Inmensos salones apacibles de color ámbar, ese era su color preferido, nítidamente dibujados buscando la paz entre inmensas  columnas. No conocía por aquel entonces nada sobre eso, pero los colores y las figuras siempre robaron también mi atención. Nunca pregunte, así que un día sin buscarlos di con una pagina en aquel bendito diccionario que rápidamente me despertó y pude saber de que se trataba. Fijase usted lo que trae el misterio de la curiosidad y adonde te lleva. Por lo que se convirtió por su oportuna relevancia, en unas de mis paginas favoritas de ese libro. La acrópolis de Atenas. Casi me lo aprendo de memoria.  Así que les digo.                                         
 Era muy joven la primera vez que leí esto que decía: Democracia (del griego demokratía) Es una forma de organización social que atribuye su poder al conjunto de la ciudadania. 

Hubo una vez una ciudad pagana, que castigada por los designios de los dioses, asediada por el azote de las guerras y la enorme devastación, acató   los mandatos de uno de sus generales, el gran orador Pericles, a quien  se le ocurrió la dichosa idea de crear un lugar único para así ahuyentar a esta de los maleficios divinos. Ya venia en boca de los oráculos, de los adivinos el desastre y  sus altos mandatarios convocaron una asamblea e invitaron con ellos a el pueblo para buscar juntos una respuesta a sus males. Y lo encontraron. Su nombre,... Atenas. Por aquel entonces  la ciudad mas poderosa de la época. Le llamaron así en honor a la diosa Atenea que la habían elegido como la protectora ilustre de la ciudad. Era feroz  en la batalla como amante también de la inteligencia y la razón. Esta ciudad identifico su esencia con esos valores y se defendió contra los Persas, sus mayores enemigos. Luego con la intención de rendirle culto por sus victorias reunieron a sus más dotados eruditos y le encargaron a su principal arquitecto, el intrépido Fídias, la construcción de un templo en la cúspide  sobre las ruinas de su montaña más alta. Allá en la cima, fue el lugar elegido. La majestuosa Acrópolis se yergue desde entonces como un gigante mausoleo despierto al mundo donde según la leyenda, los mortales vivían en comunión con sus dioses. 
Luego sus gentes bajaron al llano donde radica hoy en día la moderna ciudad y la enorme terraza quedo como espacio de mármol sagrado tendido en el aire. Donde se iba charlar, hacer sus rituales de honor y respirar el aire puro.
Dicen que olvidadas toda esa horrenda etapas de reyes y tiranos, el pueblo se reunía frente a una asamblea al menos cada diez días y participaba de las decisiones que se tomaban. De allí surgió la tan conocida democracia. De un consenso entre ambos. Y que cuando Pericles  tomos las riendas en el siglo V antes de Cristo…Pudo decirle a su pueblo estas palabras. "Somos la escuela de toda la Hélade".  Y lo cierto es que en esa época, la llamada de oro de la historia.  Atenas produjo una floración de filósofos, de artistas, escritores y sabios que son los pilares de la enseñanza de lo que hoy en día se conoce como los cimientos de la civilización occidental…seria bueno, no olvidar historias como esta en estos tiempos de locos, en la que parece que la mayoría estamos en las nubes. Eso lo aprendi desde que era aun muy pequeño y no les miento, ya se los dije antes. Tal vez para algunos esto no le sirva para nada, pero a mi, me ha servido de mucho, porque desde entonces siempre pensé en encontrar un sitio así entre las nubes donde sea posible el dialogo entre los humanos, esa señal de pura opulencia. Por mucho tiempo me pareció que eran solo las imágenes de aquel largo sueño de juventud, de mi Julieta, mi glorioso tío, de aquel mágico diccionario, pero hoy veo que no lo fue. Una vez que llegue a la cima pude constatarlo. De que no, que nunca había estado equivocado en el camino, ese lugar era tan real como la vida misma. ✋

Sobre el video:…mi amigo griego era el guía en esos tiempos en la ciudad, nadie mejor que él para entrometerme bien en sus intestinos y presentarme a su amigo, un músico de toca la Lira y que crea también esos legendarios instrumento de los tiempos de Homero, ah y que ademas vive en una casita al estilo griego justo debajo de la Acrópolis.🙏
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sábado, 11 de abril de 2020

💫 ¡Exprésate libremente!

 Para expresarte en libertad, debes dejar morir primero esa carga que pesa sobre tus hombros, rendirte a todo lo de ayer....De lo viejo se obtiene seguridad y de lo nuevo....el flujo.
                                                    Bruce Lee.

                                                                                     

                                               Frotando la lámpara



     A veces nos cuesta tanto expresarnos. Es en ocasiones tan difícil de lograrlo, pero tan difícil, que cuando lo hacemos rápidamente pensamos en lo peor y nos angustia, como si en esa batalla entre el bien y el mal fuéramos a perder un pedazo de nosotros mismo. Y eso es lo que nos asusta, nos cunde de pánico.  Pareciera como si la única solución a ese problema es meter la cabeza en el lugar más oscuro posible escapando de eso que se nos viene encima. Cuando un avestruz está acorralado y no encuentra la salida, mete la cabeza en un hoyo y espera a que pase el temporal dejando al descubierto su cuerpo que utiliza como un escudo. Creyendo que ese agujero es el único lugar adecuado para sentirse lo más seguro, evita a toda costa el mundo exterior, como si fuera un asunto muy personal. Nos encanta el drama y complicar las cosas. Somos de tal naturaleza conflictiva, que provocamos muy fácil un maremoto dentro de un simple vaso de agua. Si algo nos ocurre, rápidamente buscamos un culpable. Alguien o algo tiene que pagar los plato rotos. No volvemos tan frágil, que hasta pensamos que todo aquello que ocurre alrededor tiene que ver con nosotros y nos afecta de alguna forma. De esa manera tan poco gentil es que acostumbramos a saldar nuestras deudas lidiando con los problemas ajenos. Tirando por el balcón al vacío todo lo que nos queda, hasta las buenas intenciones, maltratandolas, dándole vueltas y más vueltas a lo mismo una y otra vez obsesionado en encontrar la ficha que falta en el rompecabezas. Como si no fuera suficiente ya con esa horrible sensación de estar prisioneros entre  rejas. Y lo peor aún, entregarle nuestro tiempo e importancia a toda esa basura que nos pasa por la cabeza aceptándose hasta el punto de ignorar las consecuencias. Cuando en realidad te das cuenta, que el poder de manejar las cosas a tu antojo, de librarte de esa pesada carga esta en lo más profundo de tu ser, no creerías tanto en esos cantos de sirenas que vienen muchas veces con el azar en ese viento sin dirección  ninguna y te dejan el suficiente veneno para  arruinarte un día. Cuando en realidad aprendes a librarte de eso, sabes que ellos son la única causa de los malos momentos y no puedes malgastar los buenos con historias como esas.

Lo que intento decir y creanme que esto es cierto. Tratar de buscarle una excusas a todo solo revela tus propios defectos. Sentirte avergonzado por una situación cualquiera, puede que en el principio, no la puedas controlar, pero si te domina, entonces estás perdido. Y eso en el fondo es lo más miserable. Es precisamente allí, en esa zona prohibida donde esta el kit del asunto.  Quien dijo que exponer un pedazo de nuestro propio ser ante los ojos de la gente es como ir a quemarse en una hoguera. No tienes que pedir una autorización de nadie para expresar lo que realmente sientes. Estás aquí para eso. Ni siquiera necesitas de una aprobación de nadie. Saben de lo que hablo no? De ti, de mi, de todos en general. Estamos tan condenados por los prejuicios y el qué dirán de la gente, que vivimos convencidos que si no recibimos la aprobación de ellos es que todo lo que nos ocurre está mal y de repente este mundo malvado, como una montaña, un alud de nieve se nos cae encima, frío, implacable y despiadado. Ese es el más grave de los errores y es ahora que tengo la edad perfecta para poder reconocerlo. Y les cuento. El otro dia me llama un amigo y me dice. “ Compadre, estas desaparecido. Supe que estabas en Cuba”. Le  digo.  Si,  pase unas vacaciones gigantes. Y mira lo que ha pasado al regreso. Nada más pongo un pié en England, fue como si hubiera caído en otro planeta. Nos cambiaron de tren en el aeropuerto. Yo me sentía como que había regresado de un viaje de la luna. En medio del camino se detuvo, tuve la obligación  de coger un taxi hasta que nos desviaron dos veces de dirección. Parecía una ciudad tomada por la policía. Dos días después cerraron las escuelas. Me enviaron un mensaje de que había que quedarse en casa. Estaban cerrando la ciudad. Eso suena feo, terrible. Aquello era de locos. Como en una película de ciencia ficción, pero esta vez ante mis ojos, real. Venía un poco cansado del viaje y la verdad que no pregunte mucho. Seguí sin problemas las reglas. Estos días que no se podían estar en la calle eran una bendición para mi, que no había parado en más de veintiún días. Y luego de años de desvelos. Necesitaba un poco de tranquilidad y como era un rollo eso de estar cerca de la gente, Aquellas colas en el mercado como en Cuba, no me podía creer lo que estaba sucediendo. Y como la cosa se estaba poniendo tan fea acá también, ya tu sabes, tan impredecible, he decidido acatar las reglas y quedarme en la casa. Quieto en base. Creo que es mejor así por un tiempo hasta que la tormenta amaine. Se empezó a reír y me dijo . Compadre estoy cansado de estar encerrado entre estas cuatros paredes. lo intento, pero eso no esta en mi ADN. Tu no te aburres?  No, le dije. La verdad que en estos días estoy muy ocupado. No he tenido tiempo de pensar en eso. Es como si tuviera el tiempo para mi que no había tenido en siglos. Todo iba tan rápido que parecíamos unos fatales equilibristas, íbamos sorteando la suerte sobre una cuerda floja….buscando el equilibrio.  Haciendo malabares para vivir. " Tienes suerte de tener en que entretenerte mi hermano, porque yo estoy obstinado con esta historia y lo que quiero es que se acabe ya. Vale, le dije. Esta situación no la decides ni tu, ni yo. Tiempos difíciles. Ya pasara lo tormenta, pero de momento toma las medidas de precaución. Respeta las señales del tráfico y todo te ira bien. Ya sabes, si el semáforo pone la luz roja. Detente, no hay otra. Quédate en casa, respira, mira por la ventana mientras disfruta del viaje y cuando llegue la luz verde, te mueves y veras que hasta la mirada cambia.  Todo está tan claro como el agua. El mundo está entre rejas hoy. Y a buen entendedor….Así que take it easy  tómatelo con calma que el viaje es largo y a un destino desconocido. "Así es mi hermano, me dijo”.  Aquello se me quedo en la cabeza y al otro día voy al parque a correr, ya tu sabes, escapando, cambiando de aire. Un rato después pase por su casa. "Que haces? me dijo. Estás escapando?” Y me abrió la puerta. No, no voy a entrar, solo vine a traerte esto. Me miro y me dijo que es eso, un libro?…Un libro le dije. Me respondió. Pa que me trajiste eso, tu sabe que yo no leo, que eso broder.? Ni en la escuela leía !…Jejeje…Le fui a dar el libro y me lo rechazo. "Para que quiero yo eso". Parece que has visto un espíritu. Le dije. Déjalo allí, tirado en el baúl. No le hagas mucho caso…A lo mejor es como la lámpara de Aladino. quien sabe. Es posible que un dia sin querer toques  la tecla adecuada, ya tu sabes, la blue note y la lampara te responde. Uno nunca sabe, el genio es un poco  complicado, pero su  espíritu vive dentro.  O para si en medio de la tranquilidad alguien entra aquí y te ataca, ya tu sabes, tienes un arma, le das con el libro en la cabeza. “Se te ocurren cada cosa” Vale, me dijo. Lo voy a guardar, jajajaja”.  Aquello le dio tanta gracia que se reía mientras me marchaba.

                                                          La historia

     Esta historia me llevó a hace mucho tiempo atrás y este es el porque se las cuento... Tenía una amiga española que pasaba tiempos en Cuba y era muy especial conmigo, me buscaba mucho. La verdad muchas veces me encontraba muy fácil y otras no. Soy callejero. Yo solía visitar una carnicería donde trabajaban unos amigos. Ya tu sabes, músicos, poetas y locos. Como estaba en un buen lugar cerca del mar en el Vedado ese barrio de la Habana que adoraba, lo llamaba mi oasis. La carnicería siempre estaba vacía, pero era muy cómodo deambular por ella y como no se vendía casi nada, pasaba el tiempo con ellos, ya tu sabe, music, tomando y todas esas cosas, porque después nos íbamos para la UNEAC donde daban conciertos en vivo. Entonces un día me dice uno de ello que me lo encuentro por la calle por casualidad." Oye, ve a la carnicería, pasa por allá y recoge un regalo que dejo tu amiga". Me dijo el nombre de ella. Que regalo?, le pregunto." Ella me dijo que te dijera así. Pero es un libro". Un libro? Que libro? Le pregunte, porque no había hablado con ella de libros…"Yo he estado leyendo algunas cosas, como he estado aburrido en estos días y parece bueno". Dos días después fui y recojo el libro. Estaba muy intrigado.

Lo lleve a la casa donde vivía por aquel entonces, en una azotea de Prado y Neptuno. Y allí lo tiré en mi cuarto como un chachachá. No tenía intencionalidades de nada. Era tan solo  un regalo pensé y lo deje allí, tranquilo, abandonado, muy cerca del rincón, en el baúl de los recuerdos. Ya tu sabes, como una de esas cosas que uno se toma en serio solo en caso de apuro. Y así mismo sucedió, porque días después en un momento de desesperación me fui a por el libro. No es que tenía la intención de hacerlo en esos momento, sino que estaba al alcance de mi vista, en ese preciso instante de silencio, de problemas rondando por mi cabeza. Las tribulaciones que vienen siempre, las malas rachas y para cambiar de aire uno no tiene más remedio que dejarse llevar y fue entonces que le eché un vistazo. Estaba tan abandonado el pobre, que tuve que quitarle hasta el polvo. Pero, empecé por una página y al final, lo leí. Era “ El Alquimista de Paulo Coelho.. Hablo de aquellos tiempo en que aun el libro no era muy conocido todavía. Nadie sabía quién era Cohelo. Pero la historia es, que comience a leerlo, me había extrañado que mi a amigo me hubiera dicho que estaba interesante y eso fue el imán que me atrajo como la carnada en el cedar. Ese amigo mío no parecía de los que le gustaba leer un libro, así que su comentario me llamó la atención.  Bueno, que no podía detenerme, aquel libro se apoderó de mí y me embrujó. Esa es la palabra perfecta. Cuando lo termine fue como algo muy personal. Era conmigo la historia. Si, ese era yo. Me la creí tan en serio que aun guardo a los personaje, mejor dicho, vivo dentro de uno de ellos. Lo disfrute tanto que todavía llevo conmigo la mayoría de las frases y los grandes momentos, nunca los he olvidado, les llevo conmigo en años.  Ya no significan lo mismo, claro,  que en aquellos precisos momentos, pero el chocar con esa necesaria historia era algo que me dio una fuerza inmensa y le dio un vuelco completo a mi vida. Y la verdad que todo comenzó a cambiar de repente. Saben porque he llegado hasta aquí con esta historia…..Porque ayer, me llamó mi amigo otra vez, parece que seguía aburrido, eso pensé o que se iba a suicidar, otra cosa no podía hacer. Y tu sabes cual es la sorpresa,? Que hasta el tono de voz le había cambiado. Me dijo. " Compadre, Hace como dos días estuve ojeando el libro ese que dejaste”  Escuchen la palabra, no le pierdan de vista. “Ojeando"…jejeje…Eso me lo dijo sin que yo se lo preguntara. Y le pregunté luego. Que tal?…Se empezó a reír…” Verdad que tu estas como una cabra de loco". "Mes has hecho hasta leer un libro”.  Viste, le respondí. Siempre se puede hacer un poco mas con el espíritu, el genio de la lámpara….Me alegro que estes mejor…

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viernes, 6 de diciembre de 2019

📚📸"Cuando el viajar es una gran aventura"


...existe un proverbio que dice; Si hubieras nacido para estar en el mismo lugar, te hubieran crecido raíces y no estos pies de gigantes.".

                                              Viajar lo cambia todo

 Nací en una casa grande, con un patio inmenso que se comunicaba con el de mis  vecinos. Matas de fruta por los alrededores y en lo que hoy es el pasillo, había un jardín donde mi madre sembraba el cilantro, la manzanilla,, el orégano  y unas que otras plantas medicinales que adoraba. Siempre estuve rodeado de hermanos y de gente que deambulaban por una razón u otra la casa. Entraban y salían muchachos de mi misma edad que tenían luz verde y mi madre trataba como si fueran de la familia, pero en realidad lo que buscaba era tenerme cerca y no en la calle. Así que lo lograba en parte. Como por esos tiempos era un poco problemático, no es que fuera malo, pero cuando vives en un barrio marginal, adoptas rápido las reglas del juego con las que creces. Así estás en el flow, en la onda y como a mi no me gustaba que me jodieran mucho, prefería estar entre los chicos duros.  La verdad que no recuerdo la Soledad por esos tiempos. Teníamos el río muy cerca, a una cuadra. En aquella época no había nada igual.  Aguas cristalina y una corriente muy  clara que surcaban hasta las piedras y  se convertía en un mar cuando crecía. La verdad que entre la escuela, los juegos callejeros, la música, los amores ingenuos  y el río, así transcurrió mi vida. Para mi ese lugar era mi Nueva York, el lugar soñado. No había otro. Y como nadie quiere salir de su zona de confort, me molestaba estar lejos de lo que llamaba mi centro.  Un día me dicen que tengo que pasar un mes y algo más en una escuela en el campo. Ya tu sabes, alejarme de mi mundo y a sabe dios donde. Al final tuve que ir. No podía negarme. Me fui con el dolor de mi alma. Y al regreso, no imaginé nunca que me iba a encontrar con lo mejor. Mi barrio era un lugar diferente, nuevo, las calles me parecían más estrechas y viejas, pero familiares. La gente, también había  cambiado mucho, tanto que podías saludar con una sonrisa de buen rollo hasta tus enemigo. Estos eran también mi gente, no otra. El barrio estaba más relajado y hasta más alegre. Nunca he olvidado esa sensación tan extraña. Si que lo era. Imagínense, te alejas por unos días. Llegas a un lugar nuevo que no sabes lo que te vas a encontrar. Al principio te emocionas, pero por dentro sientes como una cosquillita que no puedes controlar. Un poquito de respeto. Es normal el instinto de conservación que nos avisa siempre del peligro.  Esa pantera nunca duerme, está alerta cuando desconoce el camino.  Aunque más tarde se relaja cuando comienzas a explorarlo todo, a eso no hay quien se resista.  Cuando comienzas a saborear  el momento de eso que para ti era extraño,, cuando comienza en realidad el disfrute, lo abandonas, porque tienes que regresar de nuevo a tu mundo. Es la mente que se abre y tus propio sentido te engañan, por no decir que te traicionan...Al menos a la llegada. Así es que comienzan el viaje en el interior. Parece un poco extraño verdad? Pero es así, despierta a las sensaciones dormidas. Yo desde ese mismo instante que salí, no he parado de moverme. Voy siempre de un lugar para otro, me gusta estar en ese vai ven. Aún hoy lo hago cuando voy a mi país, no es que quiera descubrir nada.. Son ya tantos los sitios, que por un momento me olvido de que va todo esto de viajar y solo lo hago. En ocasiones en el dia.. Claro, que hasta pienso que es el sabor del regreso lo que busco.  Pero saber que todo cambia a medida que te vas moviendo hacia adelante,  es la vida, 

  “Viajar es perder de vista todo lo que nos resulta familiar y cómodo de nuestra casa y de los  amigos. Estás todo el tiempo en ese desequilibrio. Porque nada es tuyo, excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; , aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal”. –así dijo alguien.
Viajar lo cambia todo mi gente  y abre el camino de una vez. Te conecta con el espíritu viajero que vive en nosotros. Imagínate tu eso de multiplicar lugares. Viajar a otras estaciones, a otros sabores. Otras costumbres. Están los que viajan por placer ya sabes, por desconectar del mundo y dejar detrás las preocupaciones. Esos son la mayoría y están los que suman lugares como cosas. Y están los otros.  De estos les hablo. Los atrevidos. Esos que desafían a la rutina, los que huyen de días normales,.Los que le hablan al camino  y  rompen las reglas. Su objetivo no es cambiar de lugar, es todo al revés. Estar en el mismo aunque el sitio sea diferente, porque disfrutan el sentirse lo más libres y cómodos posibles con lo que se encuentran al azar en  ese espacio que desconocen. Pero se viaja como todos sabemos de muchas otras formas. Se viaja con el oído.  Las diferentes lenguas aún en un mismo país  Eso me pasó en España.  Grecia aún conserva la música  y los instrumentos de miles de años atrás. Los diferentes acentos, el slang o lenguaje de la calle. La duda, la mala vida, el dolor y el sentimiento que lo canta. Se viaja por supuesto, con el sabor.

  Degustar paladares es mi preferido y no es que sea un sibarita. A lo bueno, no se le hace asco. Sentir que el sabor entra también por el olfato. Provoca al estómago. Porque lo único que quieres es probar todo lo que te entra por la nariz y los ojos. Ya tu sabes, eso siempre teniendo en cuenta tu presupuesto, lo bueno se encuentra barato. Pero como para gusto se hicieron los colores, cuando viajas, viajas... Que no se diga lo contrario. Los ojos, son los que más se unen a la fiesta. Estos lo dibujan todo. Rostros diferentes, redondos y ovalados. Algunos perfectos, como en una de esas acuarela de Gauguin, otros raros,  y pretenciosos, pero naturales como lo son nuestros rostros.
.....Cuando lees  viajas en el tiempo y no quieres que nadie te interrumpa. Abajo esos intruso  egocéntricos que aparecen como ladillas  cuando menos los esperas y te roban la atención.


🕺🏾....Como negarse a ese movimiento de translación de la memoria en esa danza de los sentidos. Leer. Eso es viajar. Flotar. sobrevivir....Eso, las cosas por su nombre. Toma un libro, la mochila y móntate una vez en un avión  o un coche, si es viejo es mejor. No te montes en un Lamborghini que puedes caer en otras galaxias y es mucho más recomendable si comienzas en el kilómetro cero y un libro viejo. Ve despacio. Sin prisas. Si puedes perder el rumbo, mejor. Atrévete a llegar a espacios y lugares que no conoces. Disfruta de la calma.


  Coje un libro, inténtalo, quien sabe si un día te lleva al país de las maravillas  o a alguna isla del terroso perdida. Anda sube y déjate llevar. Pero sobre todo no dejes que se apague esa vibración. Viaja. Ese tic tac en el corazón, cura. Ya tu sabes. Imagínate alguna vez, lejos. Libre de todo. Perdido. . Viajar desintoxica. Viajar es eso, a donde quiera que vaya. Así sea un lugar bien conocido,...es....cambiar de aire y recargar las baterías..Porque cuando esto ocurre ya nada será igual al regreso...Las cosas pierden su sabor insípido, se llenan de colores, de sabores nuevo, de vida y así viajan de un lado a otro como tu y como yo,...a la par  del tiempo.



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